El invento de La Victoria de Asentejo

Antonio Cubillo Ferreira 

Estamos de acuerdo en que existen demasiadas municipalidades y que sería conveniente formar un solo gran ayuntamiento para ahorrar gastos y mancomunar servicios, todo ello en beneficio del público, pero el motivo de este artículo es el de aclarar un disparate histórico inventado por el colonialismo español en esta isla de Tenerife o Chinet. 

La historia cuenta con detalles del famoso desastre o derrota de los conquistadores españoles en Asentejo por el ejército enviado a la conquista de esta isla, mandado por el bandolero traficante de esclavos Alonso Fernández de Lugo, el último domingo de mayo del año 1494. Fue tan grande el desastre que sufrieron, que se conoce aquel acontecimiento y lugar como La Matanza de Asentejo. Para aquellos que nos leen que no son canarios y para los que se interesan por nuestra historia, tenemos que explicarles que hay un ayuntamiento que se denomina La Matanza de Asentejo (A-s-n-tehunt, en guanche), pero a continuación, en la carretera del Norte que va hacia Ycod, se halla el nombre de otro ayuntamiento, denominado La Victoria de Asentejo. El extranjero y muchos canarios deben saber que, desde antiguo, los conquistadores españoles crearon esta denominación y ayuntamiento diciendo que cerca del barranco de Asentejo, donde sufrieron la gran derrota, hubo otro lugar o zona, cerca de aquel, donde hubo una gran victoria de los tropas españolas, donde derrotaron a los guanches, quedándose así satisfechos, aunque esa batalla no haya existido. 

Mi estimado amigo, ya fallecido, natural de Ycod de los Vinos, Eduardo Espinosa de los Monteros y Moas, después de muchos años de investigación y análisis de textos antiguos de la conquista y las datas notariales, escribió un magnífico opúsculo con el título de "El real de Ycoden y el postrero de la conquista" (Ycod-1989, Litografía Romero, S.A., D.L. Tf. 1.648-1989), el cual fue presentado en el Centro Icodense el 31 de marzo de 1990 por la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico de Ycod, en el cual, con todo lujo de detalles, se analizan los hechos históricos y documentos para demostrar que nunca existió esa "victoria de Asentejo", inventada por los españoles. El montaje histórico, nos dice Eduardo, surge de una invención fabricada por el monje dominico fray Alonso de Espinosa, el cual, en un libro escrito después de la conquista, en 1594 ("Historia de nuestra señora la virgen de Candelaria"), dice, que después de la batalla de Aguere marchó Alonso de Lugo con el ejército a La Orotava, sin que los guanches se opusieran a su acción, "hasta assentar su real en el lugar del que se denominó Realejo en el término de Taoro", y que desde aquí hicieron correrías las tropas conquistadoras hasta que los guanches presentaron la batalla en un lugar de Acentejo cercano al otro donde había sido la primera, siendo vencidos y muertos la mayor parte de ellos y cantada la victoria por sus enemigos después de haber peleado la mayor parte del día. Según el fraile dominico, los guanches desplegaron sus tropas ante las de los españoles, provocando el combate en campo abierto, en el mismo sitio donde los habían derrotado en Asentejo. Esto no es un hecho real sino una historia fabricada por el fraile. 

El historiador icodense da una cita del monje que dice: "Marchó su campo la vía de la Orotava, con mejor suceso que la vez primera, sin hallar mucha resistencia, aunque alguna, hasta assentar su real en el lugar que se denominó Realejo?". Eso quiere decir que no hubo ninguna acción bélica entre Aguere y Taoro. El nombre de un pueblo del norte de la isla, La Victoria de Acentejo, no es una prueba de que los conquistadores hubieran conseguido de los guanches una victoria en los contornos de aquel". En un análisis claro y pragmático, nuestro amigo Eduardo dice: "Después de la batalla de La Victoria, que solo tiene existencia en el relato de Espinosa, se acobardaron los guanches, según este, y se entregaron a los conquistadores reconociéndose vencidos. El historiador Rumeu de Armas y otros estuvieron de acuerdo sobre el relato novelesco de Espinosa, y Rumeu de Armas incluso llegó a decir que con la batalla de Acentejo se terminó la conquista militar de la isla. Aquí es donde nuestro investigador icodense nos explica que la isla no se ganó con una supuesta nueva batalla en La Victoria, sino que la resistencia continuó y muy fuerte en el menceyato de Daute o en la zona de Ycoden. 

Es una cuestión de analizar fechas y para ello se remite al estudio hecho por el investigador Buenaventura Bonnet Reverón, "Jorge Grimón y la rendición del sur de Tenerife" (Revista de Historia, tomo VI). Se sabe que Alonso Fernández de Lugo no podía acabar con la resistencia de los guanches en el sur de la isla, donde está la montaña de Ichazagua, en el valle de Arona, mal llamada del conde, donde se habían refugiado los guanches patriotas que no aceptaban los acuerdos del mencey traidor de Adeje y que querían seguir el combate; al igual que tampoco habían podido conquistar el territorio de Ycoden, por lo que contrataron los servicios de un mercenario borguiñón flamenco, Jorge Grimón, que sabía manejar las espingardas o armas de fuego con las que apuntar y matar a los guanches en los riscos, el cual estuvo años combatiéndolos hasta ir reduciendo la resistencia de los alzados. Según Buenaventura Bonnet, los documentos no indican la fecha de llegada del mercenario flamenco y sus soldados, pero, según se deduce de la justificación de naturaleza y nobleza que hizo en el año 1506, dice que hizo guerra en el menceyato de Ycoden desde que los castellanos tomaron la ofensiva para acometer a los guanches invictos. También dice la información que los guanches se fortificaron en la cuesta de Ycoden para defenderse y que los españoles montaron un real en Ycoden, donde continuaba la resistencia de los guanches, de tal manera que instalaron un real como el del Realejo para conquistar el menceyato de Daute, y para ello el investigador ycodense nos dice en su opúsculo: "Alonso de Lugo dio a Diego de Cala unas tierras de riego, que estaban en Daute y traían hacia la fuente del Cuervo, con esa misma fuente. Al final de la data firmada por el propio gobernador de Tenerife, éste puntualiza que aquella es "la fuente del rrealejo donde se puso el rreal postrero". Cita también, con mucha claridad, que el conquistador y vecino de Daute Juan Méndez, adquiriente de las tierras de riego y de la fuente de Diego Cala, explica el gobernador de la isla que aquel estaba en un barranco y muy cercano a la fuente del Cuervo y al fin de la misma, "demas del agua de la fuente del rreal de dabte". (Archivo Histórico Provincial de Sta. Cruz de Tenerife, protocolo de Francisco Fernandez, nº 2.147, hoja 506). 

Nuestro investigador quiere demostrar, y lo logra, que el ejército castellano en campaña asentó sus reales en un lugar cercano al auchón del mencey y dentro de la heredad de Juan Méndez, que se denominó La Fuente desde el siglo XVI. Todo su análisis documental va en la dirección de demostrar que la última resistencia guanche fue en el menceyato de Daute y saca a colación multitud de documentos que a los historiadores españoles, y canarios incluso, no les ha interesado desempolvar para no liquidar el mito de una Victoria en Asentejo que nunca existió sino en el libro del fraile dominico español. Por ello tenemos el deber en estos momentos que se nos presenta con la desaparición de algunos ayuntamientos, que el Ayuntamiento de La Victoria debe desaparecer y hacer un solo ayuntamiento que unifique toda la zona de Asentejo en un solo municipio denominado La Matanza de Asentejo. Por cierto que en esa lista que ha aparecido en ayuntamientos a desaparecer quieren borrar el de La Guancha, y eso no se puede permitir, y haremos lo posible por que no se lleve a efecto, pues se sabe que los conquistadores empujaron a los guanches y sus familias de meceyato de Daute a los altos de los montes cercanos al pueblo de Ycod, y por eso siempre se denominó el lugar La Guancha, y se tuvo que conservar el nombre hasta hoy, y todos los patriotas y vecinos de la zona estaremos en la brecha para que precisamente este ayuntamiento no desaparezca. 

Cuando estas islas arranquen la independencia en fechas cercanas, el gobierno de la República Federal Canaria hará las correcciones municipales necesarias que serán aprobadas por la Asamblea Legislativa Nacional. El artículo 199 del Anteproyecto de Constitución de nuestra República, que fue publicado durante seis meses en este periódico independiente (sep. 2007-marzo 2008), precisa que "todas las tierras municipales tendrán un nuevo régimen de propiedad en la República. 

Un tercio será para el Estado Federal Republicano, un tercio para el Gobierno Federal de cada isla y un tercio para los ayuntamientos. Los nuevos propietarios establecerán los límites de su propiedad de común acuerdo y a tenor de los valores de los mismos. El tercio del Estado en zonas rústicas se dedicará de preferencia a la repoblación forestal con árboles frutales, o almendros, nogales, castaños y olivares pudiendo ceder el Estado Federal su explotación y cuidado y venta a particulares o empresas canarias que lo soliciten, mediante recio de arrendamiento".

              ¡No a las falsificaciones de la historia canaria en beneficio del colonialismo!